He leído en LA GACETA (17/11) las declaraciones de los funcionarios del PE tucumano, E. Acosta y A. Montalván, quienes afirman que la mortandad de peces no se debe a la contaminación, sino a un fenómeno climático. Aprovecho este espacio para dar mi opinión. Es sabido que el lago de las Termas de R. H. y el Rio Salí están afectados por lo que se conoce como eutroficación. Esta se define como el enriquecimiento de las aguas dulces con nutrientes (materia orgánica), a un ritmo tal que no puede ser compensado por eliminación o mineralización total. La materia orgánica al descomponerse, toma el oxígeno disuelto en el agua y por ello los seres que necesitan oxígeno para vivir mueren asfixiados, no intoxicados. Existen pruebas de que la carga orgánica que recibe el lago proviene del río Salí y tiene origen en las actividades antrópicas que se realizan en Tucumán. El aporte principal lo hace la industria sucroalcoholera con la vinaza y la cachaza. Por cada litro de bioetanol se generan 12 litros de vinaza . La cachaza representa el 4 % de la caña molida. El señor Montalván es el SEMA, es ingeniero y se supone que tiene una formación técnicocientífica, por lo que no se entiende por qué afirma lo que afirma y dice lo que dice sin los sustentos racionales y científicos ambientales que le den soporte. Hay indicadores como la demanda bioquímica de oxígeno (DBO) que sirven para evaluar el estado del agua, pero en este caso ni siquiera es mencionado. ¿Por qué será? Resumiendo: es muy probable que los peces hayan muerto por asfixia, no por intoxicación o envenenamiento. Las causas son la contaminación del agua con materia orgánica proveniente mayormente de la industria sucroalcoholera tucumana, que no es controlada de modo eficaz y eficiente. Los ciudadanos desconocemos la metodología y los procedimientos de control que se usan y los resultados obtenidos (no hay consulta ni participación ciudadana en temas ambientales).
Juan Francisco Segura
segurajuanf@hotmail.com